martes, 31 de marzo de 2015

Intérprete.

Esos ojos de color sedoso,
Que filman cada segundo.
Intérprete en noches de insomnio,
Tocando para uno solo.

Y le miro mientras destila su pasión,
Bajando y subiendo por las cuerdas.
Largos cabellos cayendo hasta su esternón.
La música corre por sus venas.

Mantener el corazón tranquilo es imposible,
Mi ritmo varía al llegar cada onda.
Contagiarse de la euforia es irresistible,
Simplemente cuelgo de su siguiente nota.

Las manos a movimientos beliciosos.
No existe más el entorno.
Exploto con sus movimientos impetuosos
Que destasan de mi piel su contorno.

Y aquí termino otra vez,
Enamorada,
Libre,
Colmada,
            Derretida hasta la médula.





Él, su música y mi inspiración.

Un año de distancia.

Y ya no somos
Ni estamos.
Porque todo ha cambiado.

Miramos diferente
Como cuando has estado besando con los ojos bien cerrados
Y de pronto los abres a la luz.
Esa que te ciega haciéndote ver todo más pálido.
Más lívido, demacrado.

Pensamos diferente
Con más realismo.
Y un positivismo ambiguo.

Viviendo en un presente
Que altera cada segundo del futuro
Planeado,
Perturbado,
Deshecho,
Reorganizado,
Otra vez armado.

Como un juego de bloques,
donde tienes todas las piezas
Donde pones, quitas, pones, pones y vuelves a quitar
Porque acabas de darte cuenta
Que esa pieza está de más.
O simplemente es mejor aquella
Que tiene un color distinto
El largo perfecto
Con la que estás más cómoda.
Otra que has colado a la base
Y ahí era donde hacía falta.

Sentimos diferente
Con más ambición
Mayor desprendimiento
Menos sensatez
Y más cordura.
A cuesta de paradoja.

Porque así es esto del amor
Lo deseas, lo quieres, lo disfrutas.
Le deseas, le quieres, le entregas.

Pero ahora somos
Y estamos
A un año de distancia.

Y...

Acabo aún más inmersa en sus ojos,
Tan cafés
Tan oscuros
Tan brillantes
Como caoba recién pulida.

Persiste mi deseo por estar en sus brazos
Acurrucada en su regazo
Llenando de él mi olfato
Mis prendas
La superficie de mi órgano más grande y pesado.

Aún continua haciéndome agua la boca
Imaginarme la imagen de sus labios
Que se llevan la sed de los míos
Cuando les rompe en par
Y acariciamos las lenguas.

Sigue estimulando cada terminación nerviosa en mi piel
Paseando sus gentiles dedos
Cálidos,
Suaves,
Alargados,
Curiosos,
Que a veces me recorren
Como un meandro describiendo cada curva, río abajo,
Que se forma desde el borde de mi cuello
hasta la abertura entre mis piernas.

Y ahí cuando utilizamos las cáscaras frágiles
Que encierran las ánimas nuestras
Que han luchado un infierno por encontrarse
Y ahora dependen de esas físicas extremidades
Que se tocan y se pegan,
Produciendo orden en lo desordenado
Y revoluciones en lo calmo,
Aumentando sus temperaturas
Y limando asperezas,
Colmando los deseos
Y sublimando sentimientos.

Miramos hasta el fondo de nuestras almas.
Abrazamos buscando consuelo.
Inhalamos impregnandonos de mutuo aroma.
Besamos sin aliento.
Tocamos con afecto.
Rozamos cada parte de nuestros cuerpos.

Llena cada hueco, hasta ese que no existía.
Porque nunca imaginé
que hubiera alguien como él.






Para Héctor. De esta eterna enamorada.



Claude Herrera.