‘Ya viste como quedó tu hermano después de estar en ese absurdo lugar’. Mamá se polveo la nariz y guardo su teléfono celular en el bolso. ‘Por favor, Marion, no hagas más escándalos. Tu vas a llegar lejos, y con este colegio las expectativas son aún mejores’.
Triste y frustrada cruce los brazos sobre mi pecho. ‘Todos mis amigos irán a otro lugar… El colegio no hace al alumno, es cuestión de que el alumno quiera estudiar y triunfar académicamente…’
Mamá me miró molesta, ¡magnífico, conseguí que se molestase! ‘Yo lo sé, pero tu hermano te necesita, ¡ya deja de discutir!’
…
…
…
“¿Te gustan los vampiros?” preguntaste dubitativo.
Sin saber
si eso serían puntos a mi favor respondí tímidamente “Amo las novelas de
vampiros”.
Incrédulo dijiste “Oh. Nunca vi una”.
“No, yo las
leo… Me gusta mucho leer novelas y escribir poesía… historias…” Expliqué diverida por tu comentario.
Un destello
atravesó tu pensamiento “¿Cómo termina nuestra historia? Si es que tenemos una…”
Perpleja fantasía con aquella posibilidad ‘¿Cómo termina nuestra historia?...’ Aquellas
palabras cayeron sobre mí, como una ducha de agua fría. “Un final feliz, eres
buenita” continuaste.
Y sólo pude escribir “muy feliz”.
…
“No sé qué hacer. Dime tú. Podemos optar por soñar y correr el riesgo de
terminar lastimados. O ver la realidad y terminar bien sin ir más lejos… Sin
enamorarnos…” Me dijiste.
Sin tener que pensarlo dos veces sólo pude responder “…
Sabes... para mi... valdría la pena salir lastimada si es contigo”
…
…
Esta
noche, esos fueron los recuerdos que asaltaron mis sueños… Una vez te lo dije “valdría
la pena salir lastimada si es contigo”… Hoy mientras mi mente vagaba en ese
fragmento de mis memorias… Me di cuenta que aunque el dolor fue basto, por
cada caricia, por cada beso, cada mirada, la sensación que guardo de los dulces
abrazos… Por todo eso y cada momento que tengo en la memoria. ¡Todo valió la
pena! ¡Gracias!